GERMINACIONES de Raquel Mora

 

La Biología divide a los seres vivos en cinco reinos diferentes (animal, vegetal, fungi, protoctista y monera). Seres que han sabido adaptarse al medio, evolucionar y sobrevivir al paso de los siglos. Pero existieron muchos otros reinos que no llegaron a desarrollar su ecosistema, sucumbiendo como especie. Raquel Mora a través de su trabajo artístico devuelve a la vida a estos reinos perdidos, al igual que hace visibles microorganismos imperceptibles a simple vista.

 

Su formación como bióloga permite a la artista madrileña introducir el microscopio en su proceso creativo, descubriendo los paisajes y seres invisibles que nos rodean. Su obra da forma a una serie de criaturas que transitan entre lo real y lo imaginario, como resultado de una investigación de la realidad metafísica. Este interés científico hace que los procesos biológicos, que nos conforman, se transformen en procesos artísticos. Creando un mundo de reflexión, análisis y crítica poblado por seres investidos de misterio, dualidad y extrañeza. Personajes híbridos con un halo enigmático que cuentan con una poderosa capacidad de seducción. El espectador se siente atraído por ese misterio casi siniestro, al que se suma también una dimensión más alegre, jovial y traviesa. Una asociación de contrapuestos que funciona como un imán cuando nos encontramos ante esta especie perturbadora de espíritu burlón.

 

La exposición GERMINACIONES, en el Centro de Arte Tomás y Valiente - CEART, es un viaje por la trayectoria y los mundos de Raquel Mora. Una travesía ligada a las vivencias experimentadas, vinculando las obras tanto a su vida cotidiana como a las diferentes residencias de  artistas donde ha podido nutrir su investigación sobre la naturaleza. La exuberante vida de Islandia, la documentación antropológica de Leiden o la inundación de color de México protagonizan algunas de sus series y se integran en trabajos posteriores.

 

La forma de enfrentarse a la creación de estos ecosistemas microbacterianos es a través del dibujo. Esa fascinación por la investigación de la materialidad se ve reflejada en su obra, que siempre parte del dibujo y siempre vuelve a él. Como si de un proceso circular se tratara, los dibujos monocromos dan paso al color de las pinturas y a las cerámicas como forma de modelar esas pinturas; consiguiendo una plasticidad que la artista vuelve a descargar pintando y dibujando.

 

Las figuras protagonistas se caracterizan al mismo tiempo por una esencialidad y contundencia, que consiguen entablar un diálogo con el espectador. Una sobriedad y desnudez formal que se traduce en una sensación de intemporalidad y gran fortaleza visual. Un planteamiento iconográfico donde vemos como se asocia la microbiología con elementos legados de las tradiciones, el simbolismo o el surrealismo. El resultado son seres híbridos, una metamorfosis con una elevada dimensión abstracta y una poderosa fuerza onírica.

 

Raquel Mora nos conduce hacia un mundo que germina ante nuestros ojos, evocando criaturas, que bajo una lente de aumento, despliegan todo su misterio, dualidad y extrañeza. Un arte, que lejos de la denuncia, encuentra más sensual desvelar que denunciar. En el que la artista juega  con el desconcierto y el sentido del humor para crear una atmósfera de intriga y seducción que envuelve al espectador.

 

 

Óscar García García

Comisario independiente y director de PAC