Esta serie de cerámicas y dibujos se basa en la preocupación del ser humano por mantenerse ontológicamente humano. Pensemos por ejemplo en el olfato, además de advertirnos de peligros o estimular nuestros apetitos lo hemos refinado tanto que llegamos a asquearnos de nosotros y de nuestros semejantes. No se me ocurre otro animal que sienta desagrado por sus fluidos o se sobresalte al detectar una herida. La visión de nuestras vísceras, los pliegues, las supuraciones, la garganta …todo nos repugna y asusta al empujarnos a un mundo común y finito.
Con estos dibujos empiezo un juego de cambio de identidades en el que la piel se pliega sobre sí misma y descubre ser irreconocible por la diversidad que encierra en su interior. Cuando damos la vuelta a un párpado, cuando estiramos la lengua, cuando se abre un corte ,encontramos en ellos un sustrato para otras formas de vida. Estos seres que nos configuran son sustanciales para mantenernos sanos y además como se ha visto recientemente definen marcan personalidad.
Un Inside out como hacemos con los muñecos de paja cuando se abren por un descosido. Una reflexión sobre la progresiva desconexión del ser humano con sus procesos fisiológicos.
Hacer visible lo invisible como decía Paul Klee
INSIDE/OUT
Lápiz sobre papel. 146x114 cm. 2018
Incertidumbres microscópicas
Lápiz sobre papel. 110x70cm. 2018
El aire que respiras.
Lápiz sobre papel. 146x114 cm. 2017